Microrrelato

Estas pequeñas cosas...

La lluvia cayendo lentamente por la cara de esa niña que juega despreocupada de cualquier catarro, solo quiere vivir y sentir la visa, soñar y disfrutarla, poniéndose los tacones de su madre, andando como si fuera mayor.

Esas mañanas que parecen no acabar, esa sonrisa que se dibuja en tu cara, de vez en cuando, cuando le miras, cuando te acercas, cuando le abrazas... Los minutos que pasan tan rápido, los miles de momentos a su lado. Despertarte cada mañana, salir con prisas de casa, llegar tarde a todos lados.

Dos ancianos paseando por el parque, dados de la mano. Felices, disfrutando de la vida, simplemente sientiéndose bien por seguir aquí, por pasar otro segundo juntos.

... que parecen no tener ninguna importancia.

ຊາວ-ສີ່.


Juro que ahora mismo no quiero otra cosa, sólo quiero que se pare el mundo. Todo, absolutamente todo menos tú y yo. Perdernos, por Madrid, por aquí, por África, por Nueva Jersey, por donde quieras, por donde queramos. Sin ninguna preocupación, ni el tiempo, ni ningun deber que debamos cumplir.

Es tu culpa, culpa del día de ayer o de todos los días que llevas haciéndome sonreir en cada instante desde hace más de cien días.