A.V.


Pasa. El tiempo pasa y tu sigues ahí sentado, viendo todo, pero sin mirar nada. Las horas, los minutos, los segundos corren cerca de tí. No te acuerdas de esas mañanas que ibas a clase y pasabas por aquel árbol, del que tu madre te regalaba una flor; no recuerdas tampoco esos juegos que tanto os divertían en el patio, ni aquellos amigos que hacías con solo una sonrisa. El tiempo pasa y, aunque sea solo un poco, tu envejeces, creces, y no quieres, quieres volver a ser ese niño cuyas únicas preocupaciones eran que no le castigaran en el banco de la paciencia por no haber traido la flauta...

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